El
tratamiento de la xerostomía frecuentemente produce sólo resultados parciales.
Los agentes sialogogos son pocos efectivos y por ello se requiere utilizar
una serie de medidas generales, entre las que se encuentran:
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Restringir el consumo de café o de refrescos con cafeína.
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Restringir el consumo de bebidas alcohólicas.
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Evitar la utilización de colutorios que contengan alcohol.
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Beber frecuentemente pequeños sorbos de agua a lo largo del día o
incluso masticar pequeños trozos de hielo.
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Mantener una rigurosa higiene dental, con visitas frecuentes al odontólogo.
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Masticar chicles. Es importante que estos sean sin azúcar, debido
al riesgo de caries dental.
La
xerostomía puede tratarse con estimulantes de la saliva (sialagogos) o
con sustitutivos de saliva artificiales que contienen mucina o carboximetilcelulosa.
Entre los estimulantes que se han utilizado se encuentran el clorato potásico
y la pilocarpina.
El
clorato potásico actúa como un agente irritante de las glándulas salivares,
al transformarse en ácido clórico, un potente agente oxidante que además
desarrolla una leve acción antiséptica. Está presente en EFP y se utiliza
en las siguientes dosis:
- Adultos: 200-325
mg (1 comprimido 2-3 h hasta un máximo de 8 comprimidos al día.
- Niños mayores
de 6 años: 100-162,5 mg ( ½ comprimido cada 3 horas hasta un máximo
de 4 comprimidos al día)
Por
su parte, la pilocarpina es un potente agente colinérgico, que se emplea
en dosis de 5mg/6-8 h, aunque no está comercializada ninguna presentación
oral en España.
Tienen
efectos secundarios importantes como la estimulación parasimpática generalizada
de la pilocarpina o el riesgo de intoxicación por ingestión accidental
de dosis altas de clorato potásico, manifestadas mediante náusea, vómitos,
diarrea, dolor abdominal, hemorragia, anemia hemolítica y metahemoglobinemia.
No obstante, en general, los pacientes prefieren los estimulantes de la
saliva a los sustitutivos.
La
utilidad del chicle (goma de mascar) en los pacientes con xerostomía se
debe a que incrementa la secreción de saliva, como consecuencia de la
estimulación de quimiorreceptores (de las papilas gustativas) y de mecanorreceptores.
Algunos estudios han demostrado que el aumento de salivación es mayor
con chicles saborizados, en concreto el 85% del flujo salivar se debería
a la estimulación del gusto, el resto a la estimulación mecánica de la
masticación.
Se
han alegado posibles problemas mandibulares y una mala aceptación social
de la práctica de mascar. Sin embargo, en algunos estudios clínicos controlados
se ha observado que produce resultados equiparables a la saliva artificial
e incluso una mayoría de pacientes suele preferir el chicle.
Para
ello es clave una adecuada prevención y tratamiento de las enfermedades
periodontales.
Con
ello se podrán sobrepasar los 70 años con relativa facilidad, no solo
en cuanto a salud general, sino también al mantenimiento de una buena
dentición.