Las
conjuntivitis irritativas o por disfunción de película lagrimal (tipo
ojo seco) o por disfunción de las glándulas de Meibomio son leves, poco
llamativas, no se prolongan en el tiempo y aparecen y desaparecen. Así,
son muy frecuentemente auto-tratadas por la propia persona, que recurre
a cualquiera de los diversos remedios caseros habituales, de los cuales
a continuación destacamos dos de ellos.
Remedio
Casero 1: Lavado Ocular con Agua, Sal y Limón
Se
hierve agua y se añade una pizca de sal y unas gotas de limón. Se deja
enfriar y se lavan los ojos con la preparación. Es evidente que la dosificación
es siempre aventurada: ninguna persona es capaz de decir la cantidad de
agua que debe emplearse para diluir en ella quien sabe que cantidad de
sal y de limón. Sin duda, el tratamiento es más eficaz por lo que conlleva
el ritual que de intrínsecamente terapéutico. Pero la absoluta falta de
rigor en la dosificación puede acarrear problemas, ya que un exceso de
limón o de sal provoca una irritación conjuntival al modificar la normal
osmoralidad lagrimal, la cual puede a su vez empeorar la leve conjuntivitis
inicial.
Remedio
Casero 2: Lavados con infusiones de manzanilla
Del
mismo modo que en el caso anterior, se hierve agua en cantidad opinable
y se introduce en ella la bolsita de té de manzanilla (como medida más
cómoda) o se hierve la propia manzanilla adquirida en una herboristería
o farmacia, quizá más diluida que la sugerida para elaborar la típica
infusión digestiva. Se deja enfriar (A veces se dice que tibia es más
eficaz) y se procede a su aplicación directa sobre los ojos, empleando
diferentes medios (jeringa, vasito, bañerita) para la irrigación. Como
es lógico la concentración es incontrolable. Sin embargo, el principal
problema de la infusión de manzanilla no es la dosificación, sino el riesgo
inequívoco de reacción alérgica que esta hierba conlleva.
Las
preparaciones con bolsita de té de manzanilla (Matricaria chamomilla)
y aun más las infusiones obtenidas directamente desde la propia hierba,
se acompañan de granos de polen de la flor de esta planta. Dichos pólenes
son capaces de producir en personas sensibles una reacción alérgica Tipo
I, mediada por inmunoglobulinas E, expresada como una intensa conjuntivitis,
acompañada de edema palpebral o incluso en algún caso extremo, de afectación
sistémica próxima al shock anafiláctico. Por otra parte, los pólenes de
Matricaria chamomilla pueden presentar reacciones cruzadas con
pólenes de otras plantas, como Artemisa. Así, aunque la persona
no sea directamente sensible a la primera, puede mostrar una reacción
alérgica contra ella si lo es a la segunda.
Conclusiones
Los
lavados oculares con remedios caseros, y más si se incluyen plantas como
la manzanilla o tomillo, suponen un riesgo incontrolado de irritaciones
en el mejor de los casos y de conjuntivitis alérgicas de intensidad variable
o reacciones alérgicas generalizadas en el peor de los casos.
La
higiene ocular también es importante, y es por ello que existen preparados
convenientemente formulados y dosificados en el mercado que permiten cubrir
esta faceta de la terapéutica con absoluta seguridad y sin riesgos de
consecuencias imprevisibles.