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Consejos para la futura Mamá VI volver

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7. Resto de Componentes


El disco o pantalla de protección del chupete debe ser suficientemente grande para impedir que el chupete pueda ser tragado, debe permanecer firmemente apretado para permitir al extremo de succión colocarse en posición correcta dentro de la boca y disponer de orificios de respiración que hacen que el niño disponga de suficiente aire en todo momento y en cualquier posición o situación. Respecto a su forma y composición hay una amplia gama de posibilidades, desde los que son del mismo material que la tetina (son blandos y evitan molestias si el bebé se duerme sobre ellos) a los que son de diferentes materiales como plásticos rígidos; de los planos a los curvados; de los redondos a los que tienen forma de mariposa; de los lisos a los decorados con llamativas fantasías o que incorporan elementos luminiscentes para localizar el chupete fácilmente en la oscuridad.

Se debe estar muy atento al estado de conservación e higiene del mismo, esterilizándolo periódicamente o cada vez que haya un riesgo razonable de contaminación, sustituyéndolo cuando detecte la más mínima alteración.

No se ha de sumergir la tetina del chupete en sustancias dulces, ya que ello favorece la formación de caries.

No debe colgarse nunca del cuello del bebé por el riesgo de estrangulamiento que ello supone, sino que deben utilizarse cadenas o cintas asidas mediante cierres y/o broches de seguridad a la silla, la cuna o su ropa, evitando así que el chupete se pierda o caiga al suelo.

8. Los Mordedores y Soluciones Calmantes Tópicas

El proceso de dentición se inicia alrededor del sexto mes de vida y se alarga hasta los 3 años. La sintomatología concomitante a la aparición de los primeros dientes es muy variopinta y abarca desde una intranquilidad y nerviosismo generalizados hasta una abundante salivación, erupciones cutáneas, rechazo del biberón (las encías dolorosas provocan molestias durante la succión), cambios en la consistencia de las heces o ligeras elevaciones de la temperatura. Es típico que durante este periodo el bebé exacerbe su tendencia natural a llevarse a la boca todo lo que caiga en sus manos, en un intento de atenuar la ansiedad y el dolor de encías.

Los mordedores están diseñados para aliviar el dolor, calmar la necesidad de morder y favorecer la salivación del bebé durante las etapas de aparición de los primeros dientes. Es aconsejable que tengan colores vivos, de manera que capten fácilmente la atención del bebé (los hay con sonido para potenciar este efecto) y deben de ser fácilmente sostenibles por las manos del niño, que presenten formas redondeadas y superficies granuladas y, que los materiales que los compongan sean totalmente atóxicos, al igual que las pinturas utilizadas para su decoración.

Hay dos tipos los tradicionales y los refrigerables. Estos últimos se caracterizan por disponer de una cavidad llena de agua destilada, la cual, al enfriarse en la nevera, intensifica la sensación de alivio. Deben esterilizarse en frío y nunca se deben de congelar.

Las soluciones orales de uso tópico y efecto calmante, suelen combinar principios activos con acciones diversas: anestésicos locales, antisépticos, agentes reblandecedores, astringentes, antiinflamatorios, sedantes, etc. Su aplicación se realiza normalmente vertiendo unas gotas sobre un algodón o sobre el dedo y frotando las encías del niño con suavidad.

9. Los Esterilizadores

Nunca debe faltar donde haya un bebé. La higiene de todo lo que tiene relación con el bebé debe de ser una de las preocupaciones constantes de cualquier padre, especialmente durante los primeros meses de vida, ya que está indefenso frente a la fuerte presión microbiana externa y, además, está en fase de configuración de lo que será su flora microbiana intestinal. La limpieza habitual de los elementos que normalmente están en contacto con la boca de niño no es suficiente para garantizar la completa eliminación de los microorganismos de su superficie, por lo que es necesario recurrir a la utilización de los esterilizadores.

Hay dos grandes familias: esterilizadores en frío y en caliente. Los primeros utilizan agentes antisépticos en forma líquida o en pastillas, que disueltos en el agua, eliminan los microorganismos de la superficie de todo lo que hayamos sumergido en ella. La solución obtenida suele ejercer su acción desinfectante en unos pocos minutos y permanecer activa durante horas.

Es un sistema eficaz, rápido y cómodo. Normalmente estos sistemas incluyen un recipiente de esterilización y accesorios que facilitan que todos los objetos introducidos en él queden totalmente sumergidos. Una vez extraídos de la solución los objetos, no deben ser enjuagados con agua, ya que en la concentración de uso la solución originada en totalmente atóxica, inodora e insípida. Con este aclarado final lo que haría es eliminar la acción esterilizante.

Los esterilizadores por calor basan su acción en la eliminación de los microorganismos por aplicación de calor húmedo, ya sea mediante agua a ebullición o mediante la acción del vapor de agua generado en aparatos eléctricos muy funcionales, fabricados respetando unas estrictas normas internacionales de seguridad y que, de una forma rápida, segura y de fácil manejo permiten esterilizar todo tipo de objetos.

El principal inconveniente de este método es su posibilidad de utilizarlo únicamente para materiales que sean capaces de soportar elevadas temperaturas, lo que lo invalida para su utilización sobre algunos materiales plásticos.

Fecha última Inserción/Actualización: 17/04/2013

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