EL CONSUMO MODERADO DE CAFEÍNA
ACTÚA COMO ESTIMULANTE Y MEJORA EL ESTADO DE ÁNIMO
·
Según diversos estudios publicados recientemente,
la ingesta de cafeína proporciona una mayor capacidad de concentración
y mejora el estado de ánimo
·
Otros trabajos también sugieren la posibilidad de que un consumo
moderado de cafeína ayude en el desarrollo de actividades físicas
e incremente el vigor y disminuya la fatiga
·
“En las últimas dos décadas ha aumentado el interés por
dilucidar los efectos de la cafeína y sus potencialidades terapéuticas,
siendo numerosos los trabajos científicos publicados que evidencian
efectos positivos junto a una excelente seguridad”, afirma
la Dra. Ana Adan.
|
Barcelona, 8 de Noviembre
de 2010 -. La cafeína es uno de los ingredientes
de la ingesta alimentaria más y mejor estudiados, ya que
durante siglos se ha consumido con total seguridad en alimentos
y bebidas. Según se desprende de varios estudios publicados
recientemente, su consumo moderado mejora las capacidades cognitivas
y el estado de ánimo. |
Concentración
y estado de ánimo
Según un artículo publicado en el “International
Journal of Neuroscience”, “una pequeña
dosis de cafeína es suficiente para provocar una mejora
entre pequeña y media en la respuesta a los estímulos”.
Asimismo, este trabajo señala el “efecto positivo”
que tiene realizar un correcto desayuno para responder mejor a
cada estímulo, acentuando la velocidad de reacción
de nuestras capacidades cognitivas.
Resultados similares se obtuvieron
en otro trabajo publicado a finales del pasado año en la
revista “Human Psychopharmacology”,
utilizando para su estudio chicles con cafeína. En dicho
trabajo, se afirma que el consumo de cafeína se asocia
a “una mejora en la rapidez de respuesta de nuestro cerebro
a diferentes estímulos de corte intelectual”. Y añade:
“La cafeína puede ser extremadamente beneficiosa
en diferentes situaciones de nuestra vida”. Afirmación
que comparte la Dra. Ana Adan, Profesora Titular de Psicobiología
del Departamento de Psiquiatría y Psicobiología
Clínica de la Universidad de Barcelona: “el
consumo moderado de cafeína puede tener efectos beneficiosos
sobre la calidad de vida en individuos jóvenes así
como en los de edad avanzada”.
En este trabajo, se compararon
los resultados obtenidos en dos grupos diferentes que utilizaron
chicles con cafeína y placebo, respectivamente. Los científicos
reseñaron que el grupo de cafeína desarrolló
una velocidad de respuesta “notablemente superior”
comparada con los participantes en el grupo al que se administró
placebo.
Los individuos que consumieron cafeína en dosis moderadas
mejoraron su estado de ánimo y su estado de alerta ante
imprevistos. Estos resultados ratificaron los ya obtenidos en
diversas publicaciones científicas precedentes.
Según la Dra.
Ana Adan, “El consumo de dosis moderadas de
cafeína puede aportar beneficios en situaciones de bajo
estado de ánimo. Sin embargo, los beneficios de la cafeína
sobre el estado de ánimo son modestos, quedando limitados
a situaciones leves de afectación; ya que su administración
en circunstancias clínicas más severas como puede
ser la depresión mayor, resulta una estrategia terapéutica
insuficiente para conseguir revertir la sintomatología
de los pacientes.”.
Vigor
y Fatiga
“La cafeína, consumida tanto a partir de preparados
como el café, el té o los refrescos de cola o en
presentaciones farmacéuticas tiene aceptada la indicación
de estados de somnolencia, astenia, fatiga o agotamiento, tanto
sean éstos de tipo físico como psíquico."
Así en un estudio recién
publicado por la prestigiosa revista científica “Journal
of Clinical Psychopharmacology”, el consumo
moderado de cafeína (300-400 mg al día) permite
un incremento del vigor y provoca una disminución de la
fatiga. Este trabajo, titulado “Efectos de los antagonistas
de la adenosina 2, quercetina y cafeína sobre la alerta
y el vigor”, fue desarrollado en California en base
a 57 pacientes, a quienes les suministraron dosis moderadas (200
mg) de cafeína para comprobar su respuesta en diferentes
aspectos cognitivos, como rendimiento intelectual, capacidad de
reacción y respuesta a la fatiga.
Los resultados determinaron que “la administración
de cafeína actúa sobre dos parámetros de
vigilancia: aumenta la capacidad de procesar estímulos
y disminuye el tiempo de reacción (respuesta a un hecho
imprevisto). De manera paralela, la cafeína actuó
“aumentando el vigor y disminuyendo la fatiga”.
Asimismo, el estudio reflejó que “los efectos de
la cafeína en la vigilancia son detectables sólo
30 minutos después de su administración y permanece
relativamente constante durante muchas horas después”.
Efecto
neuroprotector
El mecanismo de acción de la cafeína consiste en
el bloqueo de los receptores de la adenosina tipo A1
y A2A., los cuales están ampliamente distribuidos
por el encéfalo. El bloqueo de los receptores de adenosina
produce incrementos moderados en la transmisión de los
sistemas de neurotransmisión dopaminérgico, noradrenérgico,
serotoninérgico y colinérgico.
“La acción
sobre la actividad dopaminérgica se piensa está
en la base del efecto preventivo neuroprotector de desarrollar
la enfermedad de Parkinson, tanto en varones como en mujeres siempre
que éstas no se hayan sometido a tratamiento estrogénico”,
añade la Dra. Ana Adan.
La estimulación de los
sistemas noradrenérgico y colinérgico se relaciona
con incrementos en la atención y las capacidades de rendimiento
cognitivo, en especial en situaciones deficitarias como por ejemplo
en estados de privación de sueño. Finalmente, la
activación del sistema serotoninérgico nos explicaría
los posibles beneficios en el estado de ánimo.
“La cafeína,
además, tiene acción antioxidante sobre el organismo
evidenciada por trabajos experimentales y estudios clínicos.
La acción de los antioxidantes se ha relacionado con la
capacidad preventiva de la aparición de déficits
cognitivos asociados al envejecimiento exitoso y, muy en especial,
al deterioro patológico como la enfermedad de Alzheimer.
La capacidad antioxidante de la cafeína es incluso superior
a la de la vitamina C y similar a la del glutatión, el
antioxidante que nuestro organismo produce de forma natural para
controlar la producción excesiva de radicales libres o
estrés oxidativo”, explica la experta.
Por otra parte, el consumo
de antioxidantes resulta beneficioso en situaciones que se conoce
que activan el estrés oxidativo, como aquellas en las que
exista una elevada demanda de rendimiento cognitivo (por ejemplo,
época de exámenes) o físico (práctica
deportiva intensa). La actividad antioxidante de la cafeína
también sería la base explicativa de los datos que
relacionan el consumo de cafeína con menor riesgo de sufrir
diversos tipos de cáncer (hígado, riñón,
mama y colon).
Consumo
moderado
Durante los últimos años, se ha intensificado la
publicación de artículos relativos a los posibles
efectos beneficiosos de la cafeína en nuestro organismo.
Sus beneficios más comúnmente aceptados son sus
efectos diuréticos y como estimulante del sistema nervioso
central.
“El consumo de dosis
moderadas de cafeína, entre 300-400 mg/día, no tiene
riesgos para la salud y las evidencias disponibles en la actualidad
sugieren la posibilidad de que suponga beneficios tanto a corto
plazo (aumento alerta, capacidad de concentración y estado
de ánimo) como a medio y largo plazo (efectos preventivos
en diversas enfermedades)”, comenta la Dra.
Ana Adan. Y añade: “En las últimas
dos décadas ha aumentado el interés por dilucidar
los efectos de la cafeína y sus potencialidades terapéuticas,
siendo numerosos los trabajos científicos publicados que
evidencian efectos positivos junto a una excelente seguridad."
La cafeína se ingiere
fundamentalmente por vía oral a través del consumo
de productos como el café, el té o las bebidas refrescantes.
Una lata de un refresco de cola contiene algo menos de 50 mg de
cafeína, mientras que una taza de café contiene
una concentración de cafeína de aproximadamente
100 mg.
Adición
a la cafeína
“El consumo moderado o responsable de cafeína
(300-400 mg./día) no crea adicción. Si bien situándonos
en una perspectiva estrictamente biológica la acción
estimulante de la cafeína sobre el sistema dopaminérgico
y, en concreto en la vía del refuerzo responsable de la
gratificación y la adicción, es potencialmente adictiva,
en la mayoría de personas consumidoras no crea adicción.
Su indicación como fármaco, aunque la dosis sea
elevada, tampoco tiene porqué suponer un problema, ya que
el médico manejará convenientemente la retirada
del tratamiento y ello no producirá ninguna molestia en
el paciente”, explica la Dra. Ana Adan.
“A veces en términos
coloquiales hablamos de adicción al café o a la
cafeína, pero aún con consumos elevados o excesivos
las personas no muestran la pérdida de control o comportamiento
compulsivo, que es el aspecto determinante de la adicción.
A diferencia de lo que sucede con muchas otras sustancias psicoactivas,
del consumo de cafeína no se derivan consecuencias negativas
físicas, psicológicas o sociales las cuales que
se hallan en la base de los diagnósticos clínicos
de adicción. Así, los manuales diagnósticos
que en la actualidad utilizan los profesionales de la salud -DSM-IV-R
y CIE-10- no contemplan el diagnóstico ni de dependencia
ni de síndrome de abstinencia a la cafeína y tampoco
la OMS considera la cafeína dentro de la categoría
de las adicciones. Ello significa que en la práctica clínica
no se observan problemas de adicción relacionados con la
ingesta de cafeína, por elevada que ésta sea. Como
han sugerido diversos expertos en el tema, el consumo moderado
de cafeína debe considerarse un buen hábito y no
una adicción” concluye esta experta.
|